San Francisco, la mejor del mundo

San Francisco, según Dylan Thomas, es la mejor ciudad del mundo. Adhiero. La visité dos veces. Me deslumbraron sus sabores, aromas, paisajes, barrios y mercados.

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Ciudad única por sus calles vertiginosas, el Golden Gate, el Pacífico, los docks, la librería donde se reunían Ferlinghetti & Cía, los bares, el jazz, las galerías, el Moma y ese impresionante complejo de Yerba Buena con el homenaje a Martin Luther King.
Decididamente el Chinatown es muchísimo más interesante que el de N.Y. Para regatear kimonos, pulseras y cachivaches en ninguna lengua conocida y probar orientalismos muy ricos con té verde.
La fusión entre cocina asiática, mejicana, mediterránea y tradicional americana es una tendencia constante en casi todos los lugares. Y en las casas, con platos que representan una fusión de los habitantes llegados de todas partes del mundo.
Lulú era, cuando estuve, el restaurante de moda en San Francisco; con el mejor diseño y los platos más excitantes de todo el viaje. El protagonista era un enorme horno de ladrillos abiertos de donde emergían platos de la nueva cocina californiana: pizza, cosas ahumadas y grillados.
Para picotear, almendras con tomillo y sal marina, aceitunas con romero, alcauciles marinados con hongos y cebollas. Elegí un fritto misto de alcauciles, hinojo y limón, con aioli y parmesano. Jamás había probado el limón frito, tan crocante y estético.
Fui feliz, con copa de Pinot Noir del Napa. Como es feliz Verónica Zumalacárregui que lo recorre mientras se come el mundo.

No te pierdas el nuevo episodio de Me Voy a Comer el Mundo desde San Francisco.