Hace miles de años que la humanidad descubrió este método de cocción. Los paleolíticos posaban sobre piedras recalentadas los pescados, tubérculos, pedazos de carne embalados en varias capas de hojas. A los pescados y mariscos se los envolvía en algas, como los sushi contemporáneos.
La comida aprisionada es un recurso histórico que se ha perfeccionado hasta llegar al papel de aluminio, astucia del siglo. El aluminio no se come, pero evita que el sabor huya y retiene el alma y el jugo de las cosas.
1. Los
tamales representan un arcaico manjar americano:
maíz pisado en mortero, con carne de
cerdo o
pollo, o
charqui, muy
picante.
2
Juanes, un plato emblemático de la Amazonia peruana, oriundo de la ciudad de Moyobanta. Se trata de
arroz con pollo o gallina condimentado con
cúrcuma. Se hierve envuelto en hojas de
plátano.
3. Las
hojas de viña han servido para algo más que funcionar como taparrabos de las estatuas griegas. Los turcos y los griegos envuelven en ellas arroz con
pasas y
piñones. Se come todo, hojas incluidas.
4. En Europa central envuelven una mezcla de
carne picada y cebolla en
hojas de repollo. Los paquetes se sirven con una salsa de tomate, cocidos previamente en la cacerola o el horno.
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